Cualquier fosfato cumple con la función de aditivo alimentario estabilizante.Como algo destacable, el fosfato puede ser útil principalmente en dos tipos de alimentos:
Carne: La principal utilidad como estabilizante resalta precisamente en su añadido a los productos cárnicos, ya que interacciona con las proteínas para evitar que pierda agua y así evita que el producto se seque, dejando que mantenga su aspecto jugoso durante más tiempo.
Otra utilidad que tiene en las carnes también es la de evitar la pérdida de peso que suele darse durante la cocción de la misma, y que tanto puede empeorar la experiencia de consumo.
Productos lácteos: Este componente también se utiliza en la producción del queso, como sal emulsionante y junto a otros citratos y fosfatos. Del fosfato disódico anhidro que vendemos en nuestra tienda, debes añadir entre un 2% y 4% del peso del queso.
También resulta una solución útil a la hora de tratar la leche, ya que no solo es un buen regulador de la acidez, sino que con el fosfato se consigue balancear el mineral presente en la leche y esto consigue hacer que reduzca su sensibilidad a la temperatura para mantenerse en buen estado.
Cualquier derivado lácteo en general también puede aprovechar su poder estabilizante para realizar cuajado de mezclas para pudings a base de almidón pre-gelatinizado y el fosfato.
Por supuesto, además de estas funciones, este componente también resulta útil por otras funciones que se pueden aplicar a una gran diversidad de platos:
• Antiaglomerante.
• Emulsionante y agente tensoactivo.
• Texturizante.
• Antioxidante.
• Corrector de la acidez.
• Leudante, se añade a los productos para horneado con la función de aumentar la masa.
MODO DE USO: Según Código Alimentario Argentino
